Cuantas
veces, observando nuestro propio caminar, he sentido el espíritu de
los hombres y mujeres que buscan el CAMINO DEL BUDO, para quienes la
tierra es demasiado pequeña y los cielos no están suficientemente
altos, a quienes como nosotros los BUDOKAS TRADICIONALES observamos
con un aire de indiferencia absoluta las cosas mundanas.
Nosotros
tenemos nuestras propias teorías del universo y de la vida, moramos
en castillos de aire, y nos alimentamos de palabras etéreas de
sabiduría. En nuestros ojos brilla el fuego de la ambición, y
nuestras mentes están sedientas de conocimiento. Debemos ser
tradicionalistas, depositarios de VALORES HOY PERDIDOS.
Somos
la diferencia en esta sociedad. Nuestra espada tiene dos filos, y una
hoja que denota nuestra rectitud, es decir el poder de decidir
respeto a un determinado tipo de conducta conforme a la razón, sin
titubeos, morir cuando es correcto morir, atacar cuando es correcto
atacar.
Pero
rectitud sin benevolencia, es falta de talento. Cuando practicaba el
arte de la espada japonesa, mi Maestro me dijo, la benevolencia es la
mente del hombre, y la rectitud Su Camino. Porque la rectitud no es
otra cosa que el camino derecho y estrecho, contra corriente que un
hombre debe tomar para recuperar su propia identidad trascendente.
Porque
en esta sociedad actual de mentiras y engaños, en donde la astucia
de algunos puede pasar por táctica casi militar, y la falsedad como
técnica de guerra, la virtud varonil y franca, honesta, es la joya
que más destaca por su brillantez, y debe ser la más altamente
apreciada.
La
rectitud, es hermana gemela del valor y del coraje. El coraje falta
en nuestra sociedad, de seres anodinos y dormidos, porque Coraje es
hacer lo correcto, frente a amenazas y persecuciones, estatales o
religiosas.
Correr
toda clase de riesgos, ponerse en peligro uno mismo, pero en vivir
cuando lo correcto es vivir, y morir sólo cuando lo correcto es
morir; ese es el CAMINO DEL SAMURAI.
Lo
más importante es ser fiel a uno mismo, si en nuestro corazón no
nos apartamos de la Verdad, no necesitaremos rezar, ni dar
explicaciones ante terceros, Dios nos protege.
Eso
verdaderamente es el concepto de Honor, ¿qué importa lo que digan
los demás?, si tenemos una vívida conciencia de la dignidad y de la
valía personal, vinculante a nuestra alma inmortal. Por eso yo les
digo a los que me critican, ¿Qué significa eso para Mí?, no puedes
manchar mi alma con tu agravio.
El
camino de LAS ARTES MARCIALES, es la vía del Cielo y la Tierra, y el
caballero debe seguirlo.
He
llegado a una profunda conclusión, no hagas al hombre tu compañero,
ni tu amigo, haz al Cielo, y convierte este en tu hermano.
Hoy
lo que falta a muchos que dicen llamarse BUDOKAS, es el carácter y
dejan a la sombra las más sutiles facultades de la prudencia, la
inteligencia y la dialéctica.
La
espada, está formada sin contar la rectitud de la hoja, por tres
partes, que son sabiduría, benevolencia y coraje..
Debemos
soportar y enfrentar todas las calamidades y adversidades con
paciencia y con una conciencia pura, porque como dije anteriormente
nuestro hermano el Cielo, cuando está a punto de conferir una misión
a un hombre, primero ejercita su mente con el sufrimiento, sus huesos
y nervios con el esfuerzo, expone su cuerpo al hambre y frustra todas
sus empresas. Pero nuestro sabio hermano estimula de esta manera
nuestra mente, fortalece nuestro carácter, y pule nuestros defectos.
JOSE
M. MOSQUERA
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