martes, 25 de febrero de 2014

Vía del Cielo y la Tierra.-


Cuantas veces, observando nuestro propio caminar, he sentido el espíritu de los hombres y mujeres que buscan el CAMINO DEL BUDO, para quienes la tierra es demasiado pequeña y los cielos no están suficientemente altos, a quienes como nosotros los BUDOKAS TRADICIONALES observamos con un aire de indiferencia absoluta las cosas mundanas.

Nosotros tenemos nuestras propias teorías del universo y de la vida, moramos en castillos de aire, y nos alimentamos de palabras etéreas de sabiduría. En nuestros ojos brilla el fuego de la ambición, y nuestras mentes están sedientas de conocimiento. Debemos ser tradicionalistas, depositarios de VALORES HOY PERDIDOS.

Somos la diferencia en esta sociedad. Nuestra espada tiene dos filos, y una hoja que denota nuestra rectitud, es decir el poder de decidir respeto a un determinado tipo de conducta conforme a la razón, sin titubeos, morir cuando es correcto morir, atacar cuando es correcto atacar.

Pero rectitud sin benevolencia, es falta de talento. Cuando practicaba el arte de la espada japonesa, mi Maestro me dijo, la benevolencia es la mente del hombre, y la rectitud Su Camino. Porque la rectitud no es otra cosa que el camino derecho y estrecho, contra corriente que un hombre debe tomar para recuperar su propia identidad trascendente.

Porque en esta sociedad actual de mentiras y engaños, en donde la astucia de algunos puede pasar por táctica casi militar, y la falsedad como técnica de guerra, la virtud varonil y franca, honesta, es la joya que más destaca por su brillantez, y debe ser la más altamente apreciada.

La rectitud, es hermana gemela del valor y del coraje. El coraje falta en nuestra sociedad, de seres anodinos y dormidos, porque Coraje es hacer lo correcto, frente a amenazas y persecuciones, estatales o religiosas.

Correr toda clase de riesgos, ponerse en peligro uno mismo, pero en vivir cuando lo correcto es vivir, y morir sólo cuando lo correcto es morir; ese es el CAMINO DEL SAMURAI.

Lo más importante es ser fiel a uno mismo, si en nuestro corazón no nos apartamos de la Verdad, no necesitaremos rezar, ni dar explicaciones ante terceros, Dios nos protege.

Eso verdaderamente es el concepto de Honor, ¿qué importa lo que digan los demás?, si tenemos una vívida conciencia de la dignidad y de la valía personal, vinculante a nuestra alma inmortal. Por eso yo les digo a los que me critican, ¿Qué significa eso para Mí?, no puedes manchar mi alma con tu agravio.


El camino de LAS ARTES MARCIALES, es la vía del Cielo y la Tierra, y el caballero debe seguirlo.

He llegado a una profunda conclusión, no hagas al hombre tu compañero, ni tu amigo, haz al Cielo, y convierte este en tu hermano.

Hoy lo que falta a muchos que dicen llamarse BUDOKAS, es el carácter y dejan a la sombra las más sutiles facultades de la prudencia, la inteligencia y la dialéctica.

La espada, está formada sin contar la rectitud de la hoja, por tres partes, que son sabiduría, benevolencia y coraje..

Debemos soportar y enfrentar todas las calamidades y adversidades con paciencia y con una conciencia pura, porque como dije anteriormente nuestro hermano el Cielo, cuando está a punto de conferir una misión a un hombre, primero ejercita su mente con el sufrimiento, sus huesos y nervios con el esfuerzo, expone su cuerpo al hambre y frustra todas sus empresas. Pero nuestro sabio hermano estimula de esta manera nuestra mente, fortalece nuestro carácter, y pule nuestros defectos.


JOSE M. MOSQUERA

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