Este libro; podemos afirmar que nace de ciertas experiencias vividas personalmente, fueron ellas las que me llevaron a redactar y compartir ciertas nociones de la filosofía y tradición espiritual de la sanación tal como se ve y se práctica, en el no ya tan Lejano Oriente.
Si los practicantes y supuestos maestros de ciertas disciplinas, no buscan la VERDAD, teniendo para ello medios, tecnología y acceso a ciertas dosis de conocimiento, no dejan de ser una cadena de medias verdades, transmitidas a cambio de seminarios, cursos y dinero.
Al llegar a Sabadell, pude leer con detenimiento ciertos temarios de Cursos realizados por Sílvia; cursos de diferentes Reiki, cada uno de ellos con un nombre más rimbómbate y altisonante que el anterior; visualizaciones del Kristo eterno, del buda viviente, del amor universal.
Pude observar que la mayoría de las personas, que impartían muchos de estos cursos; eran personas según la sintomatología de la Medicina Tradicional Oriental “enfermas”; su KI, era bajo. Piel grisácea, mucho sobrepeso, y una dolorosa experiencia personal, que marcaba sus vidas, lo que fuera de su familia, les hacía sentir seres especiales y escogid@s.
Sé, y me reafirmo en ello, que estas palabras no gustarán, son duras, fuertes; como la vida misma, pero son necesarias e importantes… para los verdaderos buscadores del Conocimiento.
Aún recuerdo, con cierta estupefacción un seminario sobre PSICOLOGÍA TIBETANA, impartido por cierto centro de Sabadell.
Personalmente, recorrí Asia varias veces, y en ese caminar, tuve como Maestros a Lamas importantes de diferentes linajes espirituales. Como iba diciendo al llegar al lugar del seminario, los “maestros”, empezaron comentando “que el Tibet era muy bonito”, los “monjes eran felices”, eso sí confundiendo las imágenes, y en el powerpoint, las fotografías eran de monjes zen… y lo más asombroso, que su contacto con la filosofía tibetana, había sido el día anterior en un viaje a Barcelona, a la Casa del Tibet….
Aún así, a dicho seminario confluyeron muchas personas, y algunas en su santa ignorancia; llegaron a confundir el estado maya del budismo, con los mayas del Yucatán…
Deseo fervientemente, seros útil.., y que estas letras sean verdaderos símbolos que afecten a vuestra mente como una iluminación verdadera
José M. Mosquera
EN LA FOTOGRAFÍA, CON MI PRIMER MAESTRO EN BUDISMO TIBETANO, EL LAMA CHODAK, HACE 22 AÑOS.
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