Un guerrero puede sufrir daño, pero no ofensa. Para un guerrero no hay nada ofensivo en los actos o palabras de los demás, mientras él mismo esté actuando dentro del animo correcto.
Un guerrero debe hacerlo todo como si fuera su última batalla sobre la Tierra.
Un guerrero va al encuentro de sí mismo, dando gracias por todo lo pasado y por lo que en ese momento es; sin pedir nada, pero con la alegría del que va al encuentro de los KAMI.
El ánimo de un guerrero no es tan descabellado en el mundo social ni para nadie.
Se necesita para salirse de toda clase de tonterías y vanidades.
Pero la lucha, la negación de sí mismo, el sacrificio, debe ser en cada instante. Constantemente hay que matar el minuto, la hora, el día, el mes, el año, que pasan. Esta es la guerra de SAKURA, la guerra contra sí mismo, puesto que el hombre debe florecer y esto lo logra sólo a base de méritos del corazón y trabajo intenso con la energía creadora, sin derramar el vaso sagrado.
Cada época tiene su KATANA, su sable, su energía vivificadora.... hoy me ha llegado de Japón, mi nuevo Katana.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.