martes, 22 de septiembre de 2015

LINAJES JAPONESES DE TRANSMISIÓN DE REIKI.-

Durante la mayor parte de la historia japonesa antigua los privilegios de la civilización, poder, riqueza, estaban controlados exclusivamente por la corte, la aristocracia, y el clero budista, los cuales se reforzaban unos a otros debido a su dependencia mutua.

Mientras el clero budista desarrollaba su exotérica-esotérica forma de tantra (ken-mitsu/san-mitsu/IYASHI NO TE), dieron lugar a una “cultura de transmision secreta” compartida (Stone, 97-152).

En otras palabras, sistemas pedagógicos budistas en los cuales los rituales tántricos eran enseñados mediante iniciación oral (O kuden) disponibles tan solo para miembros de exclusivos linajes maestro-discípulo y de forma secreta, los cuales se convirtieron en el método de enseñanza normativo para la élite (Nishiyama 1982b, 146-147).

Dentro de esta cultura, las artes de la civilización mas preciadas por los nobles adinerados se convirtieron en propiedad exclusiva de ciertas familias.

Por ejemplo, las ramas Nijo y Reizei de la familia aristocrática Fujiwara enseñaba y mantenía cada una el control sobre sistemas de iniciación mutuamente exclusivos a los misterios de la poética japonesa (waka) y del REIKI.

Mas abajo en la escala económica, familias de mercaderes designadas ejercían un control comercial exclusivo sobre la producción y distribución de ciertos tipos de bienes manufacturados utilizados por la aristocracia, tales como cerámicas extravagantes (por ejemplo, vajillas raku, Nishiyama 1982b, 51). Estas familias mantenían su monopolio hereditario a través de la protección y el patronazgo de los nobles locales o de la corte.

Estas familias funcionaban de una manera muy similar a entidades corporativas en las cuales los grupos afiliados funcionaban al unísono. De entre los miembros de estos grupos afiliados solamente un sucesor individual -normalmente el primogénito- del líder familiar recibía una iniciación completa dentro de las artes familiares, lo que se llama el MENKYO KAIDEN (LA VERDADERA MAESTRIA).

Incluso si no había una prole masculina, la necesidad económica obligaba a que la linea familiar principal siempre continuara debido a que la autoridad hereditaria recaía únicamente dentro de esa familia.

Cuando fuera requerido, sin embargo, otro varón de uno de los grupos afiliados seria adoptado y designado como heredero para ser el sucesor del cabeza de familia, este hecho llevó a que muchos Maestros, dieran la transmisión, no iniciación a otras personas, ya no de sangre, pero afines al clan familiar.

El heredero, fuera relacionado consanguineamente o adoptado, era responsable de mantener la unidad de las familias asociadas, el monopolio comercial y las buenas relaciones con los patrones, y sobre todo mantener de forma estricta, esos poderes, y capacidades de curación, guardando con su vida, para que el resto de clanes no tuvieran acceso a ellos.

Pero sobre todo como vimos, era responsable de preservar los textos secretos, herramientas especiales, y el conocimiento de las iniciaciones orales que constituían el conjunto de conocimientos exclusivo de su clan familiar.

El poseedor legítimo de tales conocimientos exclusivos, tanto de la familia principal como de la entidad multi-generacional, y además, cabeza de familia actual, fue llamado Soke.

El uso de este termino estaba extremadamente limitado, sin embargo, hasta después del establecimiento de la paz Tokugawa en 1603, que proporcionó las condiciones para el desarrollo de nuevos, más elaborados sistemas de privilegios familiares en todo japón.

Durante el periodo Tokugawa (1603-1868) de la historia japonesa, especialmente durante el siglo XVIII, muchos tipos nuevos de actividades artísticas y culturales estuvieron bajo el dominio de familias que ejercitaban una autoridad propietaria sobre el uso de estas artes por parte de otros. Estos nuevos linajes familiares, que esencialmente actuaban como gremios comerciales, se referían a si mismas como Soke.

El mayor experto sobre este tema es un estudioso japones llamado Nishiyama Matsunosuke, en los comienzos de su carrera, Nishiyama escribió dos estudios seminales sobre las familias Soke y la forma en la que ejercían su autoridad durante este periodo de la historia japonesa: Iemoto monogatari (Iemoto Stories, 1956, reimpreso como Nishiyama 1982a) e Iemoto no Kenkyu (Researches in the Iemoto System, 1960, reimpreso como Nishiyama 1982b).

Aunque Nishiyama decidió usar el termino Iemoto, en los textos del periodo Tokugawa que estudió las palabras Iemoto y Soke se usaban de manera intercambiable, sin hacer una distinción en su significado (Nishiyama 1982b,). Ambas palabras fueron usadas para referirse al linaje principal que aseguraba la autoridad propietaria sobre una línea espirituaL, o de conocimiento marcial, o para referirse a la persona que había obtenido una iniciación completa como el actual cabeza del linaje legítimo.

Nishiyama cita varios factores que contribuyeron a la formación de los linajes familiares (p. ej. Soke).

El régimen Tokugawa emplazaba la autoridad gubernamental en manos de un escalón superior de familias guerreras que mantenían su posición de poder a través de privilegios hereditarios e intentos de imponer unos rígidos códigos de distinciones sociales, ejemplo de ellos era la Familia Chiba, que derivó más tarde en la conquista de la ciudad de USUI, como USUI, pasando a ser samuráis de la clase HATAMOTO.

Estas nuevas élites guerreras prestamente aceptaron afirmaciones similares de autoridad filial sobre la codificación y la enseñanza de actividades espirituales (Nishiyama 1982b, 91-92).

Es más, los gobernantes guerreros fueron patrones de muchas nuevas artes aplicadas y formas de entretenimiento que se habían desarrollado independientemente de, y por lo tanto, fuera del control de las antiguas familias aristocráticas.

Fueron los profesores de estos nuevos entretenimientos -artes como la ceremonia del te (chanoyu), arreglo de las flores (ikebana), ajedrez (shogi), teatro Noh, verso (haikai), formas especiales de música y baile, Iyashi no te (el nombre samurai del REIKI) etcétera- quienes más rápidamente afirmaron el control familiar sobre sus enseñanzas y su uso por otros (Nishiyama 1982b, 135-140).

Finalmente, el largo periodo de paz trajo consigo a muchos antiguos guerreros desempleados (ronin) que podían buscar empleo como instructores noveles en estos gremios; al mismo tiempo, el fin del incesante estado de guerra promovió una estabilidad económica que permitió a terratenientes y gente de campo amasar la riqueza suficiente que podían invertir como pupilos de dichas artes.

La existencia de una red de instructores noveles (natori) que enseñaban en nombre del Soke era un rasgo crucial que diferenciaba a las familias Soke del periodo Tokugawa de sus contrapartidas previas (Nishiyama 1982b, 106, para ello, se utilizaba un nombre de transmisión; MENKYO MAKOROKU.

Durante el periodo Tokugawa, la instrucción en una técnica especial asociada con una actividad artística particular era comercializada a través de una red de instructores asociados que pagaban derechos de autor y honorarios al Soke y que se organizaban dentro de una estructura piramidal con el Soke en lo mas alto, PERO NO ERAN MAESTROS, solo daban a conocer las técnicas de curación.

El Soke se aseguraba una autoridad absoluta sobre los instructores asociados y una autoridad indirecta sobre sus estudiantes controlando que, como, y cuando un sujeto podía recibir enseñanza, y restringiendo el acceso a los conocimientos mas avanzados, a los cuales solo tenia acceso el Soke.

Nishiyama denomino a las estructuras sociales vinculadas con este tipo de control familiar exclusivo y redes de instructores asociados el sistema Iemoto (Iemoto seido). Lo vio como un rasgo único del feudalismo japones que ejercía una fuerte influencia sobre el desarrollo de muchos artes tradicionales japoneses incluso hasta en tiempos modernos (Nishiyama 1982b, 20-21).

Estos linajes artísticos del periodo Tokugawa pueden compararse a gremios comerciales debido a que obtenían dinero de cada una de las personas que participaban en un arte de una escuela en particular en todo el país. Nishiyama (1982b, 16) sumariza con esmero los derechos comerciales (kenri) de estos gremios familiares como sigue:

1. Derechos respectivos a técnicas de Iyashi no Te(waza) de un arte, en este caso REIKI, tales como el derecho a mantenerlo en secreto, el derecho a controlar como y cuando se realiza, y derechos sobre el repertorio de su curriculum y su coreografiá, técnicas de manos.
2. Derechos sobre los instructores (kyoju), sobre rituales de iniciación y documentos (soden), y sobre la concesión de diplomas y licencias (menkyo).
3. El derecho a castigar (chobatsu) y expulsar (hamon) a los estudiantes.
4. EL derecho a controlar el uso de indumentaria, seudónimos artísticos, etc.
5. El derecho a controlar instalaciones y equipo especial o herramientas usadas en el arte.
6. Derechos exclusivos a la ganancia monetaria y al estatus social resultante de los cinco puntos anteriores. POR LO TANTO SE GANABA DINERO, Y SE COBRABA POR ELLO.

Para casi todas las artes y entretenimientos patronizados por la élite gobernante, existían tan solo un limitado número de estos gremios familiares, cada uno de los cuales imponían los derechos antes mencionados sobre cualquiera que practicara dicha arte en todo el reino.

Nadie podía legalmente practicar cualquier otro arte en público sin unirse a la escuela del Soke o pagando honorarios para un permiso temporal (ichinichi soden).

La imposición de estos derechos exclusivos permitió a las familias Soke controlar a un gran número de la población de estudiantes en cualquier capa de la sociedad. Nishiyama argumenta que a partir de la mitad del siglo XVIII estos gremios proporcionaban un medio regulado por el gobierno para la distribución del conocimiento dentro del cual personas pertenecientes a distintas clases sociales (samurais de varios rangos, campesinos, mercaderes, clérigos, granjeros adinerados, guerreros rurales, etc.) podían interactuar entre si en una casi igualdad de condiciones (Nishiyama 1982b, 531; 1997, 204-208).

La investigación de Nishiyama demostró que este control casi monopolista sobre la enseñanza de artes pacíficas ejercido por los Soke del periodo Tokugawa previno de manera efectiva la proliferación de escuelas rivales.

En resumen, donde existían los Soke, no habían nuevas escuelas. La misma creación de nuevas escuelas repudiaba cualquier noción de autoridad del Soke (Nishiyama 1982b, 135-137). Visto bajo esta luz, es evidente que la palabra Soke en los documentos japoneses pre-modernos nunca pudo ser traducida al inglés como ‘fundador’. La noción de ‘fundador’ es incluso aun menos apropiada en el Japón moderno.

Después de 1868, cuando Japón se organizó como un estado moderno, el gobierno formalmente reconoció los derechos legales de las familias Soke (también denominadas Iemoto) para el control de los derechos de autor de todas las creaciones musicales, obras de teatro, libros de texto, y obras artísticas producidas por los miembros del gremio (Nishiyama 1982b, 16).

De esta manera, los términos de Soke e Iemoto adquirieron definiciones legales como designaciones de los representantes modernos de un limitado número de familias que podían proporcionar una documentación histórica sobre el control que habían ejercido sobre este tipo de gremios comerciales durante el periodo Tokugawa.

Para mantener su ‘copyright’, los lideres de estas familias debían registrase ante el gobierno como entidades legales. Al mismo tiempo que adquirieron los ‘copyrights’, perdieron su habilidad previa para restringir la enseñanza o practica de sus artes por personas ajenas al gremio. Se convirtieron en tan solo una escuela o grupo interpretativo entre muchos. Si bien podían restringir el uso no autorizado de su nombre y recursos históricos, no tenían poder legal para inhibir la competencia.

Así que el Menkyo Makoroku, evolucionó hacia la transmisión total, cuyo nombre es Menkyo Kaiden, y el nombre de Sensei, para quien la recibiera.

El uso del término Soke (o Iemoto) en un contexto de trabajo en medicina espiritual, es aún más complejo. Antes de 1868, las familias Soke que estaban organizadas como los gremios comerciales descritos previamente nunca controlaron la instrucción de artes espirituales, ya que estaban controladas por el Gobierno Shinto.

La instrucción en cualquiera de las artes pacíficas estaba disponible solo a partir de un pequeño número de linajes familiares, cada uno de los cuales se organizaba como gremio comercial con una red de instructores asociados disponibles a través de todo el país. Por otro lado, existían cientos de linajes distintos de REIKI, dentro de los clanes japoneses.

Previamente al establecimiento de la paz Tokugawa, la rápida adquisición de poderío militar constiuía el sine qua non de cualquier sistema de instrucción marcial. Un instructor que se reservara la enseñanza de las técnicas mas avanzadas como secreto familiar, como era la norma entre los Soke que enseñaban artes pacificas, no podría haber atraído estudiantes.

Por este motivo, durante el siglo XVI, los estudiantes de las artes militares adquirían una iniciación completa bastante rápida (15 AÑOS MINIMO), después de lo cual eran libres de enseñar todo lo que hubieran aprendido a sus propios estudiantes. (MENKYO KAIDEN).

Después de que Japón empezara a modernizarse, los críticos sociales denunciaron a las organizaciones Soke como un desagradable legado del sistema feudal basado en el privilegio hereditario, que frenaba la innovación y restringía el conocimiento para el beneficio comercial de los inmerecedores cabezas de familia que ya no poseían las habilidades de sus ancestros (Nishiyama 1982c, 263-273).

Las organizaciones Soke vieron marchitarse sus redes de instructores asociados con el declive del interés en los artes tradicionales y al marcharse antiguos estudiantes para formar escuelas rivales, denominadas RYU HA (ESCUELA NUEVA).

Al tiempo que más y más de estos legados culturales intangibles desaparecían, los japoneses modernos gradualmente desarrollaron una nueva apreciación por las familias Soke que habían logrado preservar sus propias tradiciones familiares y enseñarlas a las nuevas generaciones. Sin la determinación y persistencia de los herederos de estas familias, el conocimiento directo de muchas artes tradicionales japonesas se habría perdido.

A día de hoy se podría argumentar que las diferencias históricas entre los herederos de los linajes familiares del periodo Tokugawa que operaban como gremios comerciales (con el sistema natori) y los herederos de linajes didácticos locales como los asociados con las tradiciones espirituales de sanación son menos significativos que sus similaridades modernas.

En ambos casos los sucesores actuales se mantienen como las únicas fuentes legítimas de formas tradicionales de instrucción en los artes de tal linaje. En ambos casos los sucesores actuales han asumido la responsabilidad de preservar textos históricos, herramientas especiales, técnicas únicas, y conocimientos específicos que han sido transmitidos de generación en generación dentro de su propio linaje.

En ambos casos el sucesor actual distingue sus enseñanzas tradicionales de las de recientemente fundadas tradiciones rivales señalando como sus enseñanzas se mantienen fieles a los objetivos y formas enseñadas por las generaciones anteriores. Basándose en estas similitudes, muchos escritores modernos usan los términos Iemoto o Soke como designaciones para el heredero legítimo de un linaje principal establecido. Usado en referencia a los representantes actuales de linajes tradicionales de artes marciales y espirituales, por lo tanto, la etiqueta Soke denota apropiadamente su papel como sucesores y preservadores de un particular legado histórico y cultural. No debería ser interpretado como una identificación con una red comercial (como criticaba Osano) ni como el equivalente a un ‘Gran maestro’ o ‘fundador’ (como erróneamente asumen observadores casuales), y puede ser traducido de una manera mas correcta como ‘cabeza’ o ‘director de escuela’.

En los escritos de Kunii Zen’ya y en los pergaminos tradicionales preservados dentro de la familia Kunii, no se encuentra el termino Soke. Kunii Zen’ya nunca se refirió a si mismo o a su familia como Soke de Kashima-Shinryu no Reiki. Simplemente firmaba con su nombre y su HANKO (SELLO TRADICIONAL). Durante la escritura de copias de los antiguos manuscritos de su familia (que entregaría como diplomas), sin embargo, normalmente añadía las palabras ‘Kunii-ke soden’ previamente al titulo de cada pergamino, que significa, PERGAMINO DE CONOCIMIENTO.
Es curioso, que Usui definiera su escuela como RYU HA, es decir escuela NUEVA.

TEXTO DE JOSE M. MOSQUERA CASTELO

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