viernes, 21 de marzo de 2014

Budo y Religión: NAO DEGUCHI.-

Muchos olvidan que los grandes Maestros del Pasado; eran hombres, con defectos – muchísimos – y virtudes.

Otros quieren o buscan olvidar en tiempos modernos, que los Maestros, estuvieron vinculados a organizaciones espirituales y religiosas, importantes semillas en la evolución de sus Artes, y que sin ellas, por mucho que quieran vender, o enseñar... pierden su esencia, no siendo la idea original del Maestro que recibió tal revelación.

Dos hombres marcarían mi futuro devenir en el camino del BUDO: Onisaburo Deguchi, y Morihei Ueshiba. Seguí sus pasos por Mongolia, Japón y Manchuria, intentando buscar un significado potencial a su evolución marcial.

Y hoy voy a recuperar de la Memoria histórica antes de que se pierdan, esos retazos del ser humano; del hombre....

Cuando Morihei puso su pie en la estación de Ayabe, notó algo diferente, el lugar emanaba energía. El espectáculo de la majestuosa sede de la Omoto-Kyo le quitó el aliento: hombres y mujeres con largas cabelleras, vestidos con brillantes kimonos y holgadas camisas, apresurándose en las inmensas salas y estancias sagradas, decididos a "cambiar el mundo y crear un cielo en la tierra". 

Impresionado, Morihei se encontró siendo trasladado al pabellón del Dragón. 

Allí se sentó en un rincón poco iluminado y se puso a recitar suavemente los cantos y plegarias Shingon que había dejado en el olvido años atrás. De repente, se le apareció una visión de su padre. 

Otra figura salió de la oscuridad y dijo: "¿Qué ves?". "A mi padre", Morihei contestó triste. "Parece tan viejo y abatido." "Tu padre está bien", le dijo Onisaburo, "Déjale marchar." 

Completamente fascinado del ambiente de otro mundo de Ayabe, Morihei se quedo unos cuantos días más, Hablando con Onisaburo, aprendiendo la doctrina Omoto-Kyo, trabajando en las sesiones de meditación chinkon-kishin. 

Cuando finalmente volvió a Tanabe, Morihei quedó sorprendido al comprobar que su padre, tal y como Onisaburo había dicho, había muerto en paz. 

Morihei fue informado de las últimas palabras de su padre, dirigidas a su temperamental pero querido
hijo: "No dejes que nada te ate, vive la vida como tú quieras".

Durante los siguientes meses, Morihei se comportaba como un loco. No hablaba a nadie, y se pasaba cada noche solo en las montañas blandiendo furiosamente su espada.  Según las leyendas, ya olvidadas por la AIKIKAI, pero si recordadas por OOMOTO, un TENGU, le enseñaba, KAMI WAZA, técnicas de inspiración divina. Es curioso, años más tarde, recordarán a un O Sensei, que se levantaba a las cuatro de la mañana, y levantaba a sus alumnos, para comprobar la técnica que había soñado.

Entonces, ante la consternación de todo el mundo, anunció inesperadamente su intención de volver a Ayabe y unirse a la Omoto-Kyo. Su familia y sus amigos se quedaron asombrados ante semejante plan, la Omoto-Kyo había recibido hacía poco muy mala prensa, y como su mujer decía: "¿Porqué dejar este lugar, donde tenemos una tierra productiva y unos vecinos agradables?, ¿Es que los dioses que te llaman te pagarán un sueldo?". 

Hagamos un repaso rápido, ¿Que es Oomoto?.-

Una de las profetisas más notables de Japón fue Nao Deguchi, ella fue la simiente...

Nacida en 1836 en una familia empobrecida durante una de las peores hambrunas de la historia del Japón, Nao escapó milagrosamente del "despejar" (eufemismo en lugar de infanticidio) que normalmente se aplicaba a los niños. 

Centenares de miles de personas murieron en la Gran Hambre de Tempo; durante unos cuantos años, en el verde y húmedo Japón no creció ni una brizna, cada hoja de hierba, cada raíz y cada grano, todas las ramas y cortezas de los árboles e incluso las fundas de los viejos tatamis, eran devoradas por las masas hambrientas. 

Aunque Nao sobrevivió, sufrió desgracias a lo largo de toda su vida. Cuando tenía diez años el padre alcohólico de Nao murió, y la joven fue enviada a trabajar, esclavizada como sirvienta, dependienta y cosedora para ayudar a su familia. A los diecisiete años, fue adoptada dentro de la familia Deguchi gracias a su tía, una mujer taciturna que se suicidó dos años más tarde. 

El primer compromiso amoroso de Nao se rompió, y a la edad de veinte años fue prometida a un hombre al que ella no amaba. 

Al ser el nuevo marido de Nao un maestro carpintero, de los artesanos mejor pagados de la época, cabía la esperanza de que la suerte de Nao mejorara. Por desgracia su marido, un viva la vida, al que le gustaba el sake y el vodevil; después de tanto beber, las noches en la ciudad y las heridas que tenía de su trabajo pesaron sobre su salud y, de repente, se encontró sin trabajo e inválido. En lugar de prosperar, la familia de Nao se vio hundida más y más en las deudas y perdieron todo lo que poseían.

De los once hijos que Nao tuvo entre los veinte y los cuarenta y siete años, tres murieron al nacer, dos se volvieron locos, uno murió en la guerra Chino-Japonesa, otro intentó suicidarse, y tres se marcharon de casa. 

Tras la muerte de su marido, cuando ella tenía cincuenta y un años, Nao se vio arrastrada a hacer de trapero para ganarse la más miserable de las vidas. 

Desde su juventud, Nao había escuchado frecuentemente unas "voces interiores" y de cuando en cuando desaparecía no se sabe cuántos días para ayunar y rezar en las montañas. En aquellos tiempos, estaba influenciada por la religión Konyo-Kyo, una nueva secta fundada por el campesino Bunjiro Kawate el año 1859. 

Kawate creía que era la reencarnación de Tenchi-Kane-no-Kami (también conocida como Konjin); esta divinidad anteriormente confusa, era considerado de cuando en cuando, un kami furibundo de importancia menor, de hecho era según Kawate, el dios supremo del amor que llevaría a la humanidad hacia una era de paz y prosperidad. El mensaje del dios, tal y como lo interpretaba Kawate, era "Reformar el mundo, sanar a los enfermos y prepararos para una nueva era". 

En 1892 Nao, de cincuenta y siete años, recibió la llamada de esta augusta divinidad en persona. Una noche, se sintió flotando entre nubes, su cuerpo ligero y trasparente como una pluma; y su pequeña y vieja habitación se llenó de una suave luz y de un aroma encantador. "Yo soy Konjin" escuchó como ella misma exclamaba. 

Guiada por Konjin, no comió ni durmió durante los trece días siguientes mientras se purificaba constantemente con abluciones de agua fría para prepararse a recibir nuevas instrucciones del dios. A medida que iba proclamando la palabra de Konjin, Nao comenzó a atraer la atención, algunas veces no deseada. Después de haber murmurado algo sobre que el mundo se purificaría con llamas, la policía sospechó que se trataba de la pirómana que en aquellos momentos tenía aterrorizado al distrito. Fue llevada bajo custodia y sólo la dejaron en libertad cuando el verdadero pirómano confesó. 

Después de este incidente, Konjin pidió a la analfabeta Nao que tomara nota. Escribiendo "automáticamente" en simples Kana, Nao finalmente lleno unas diez mil páginas con unas notas llamadas Fudesaki ("Escritos") de Konjin.

Los rumores sobre la clarividencia y el don de curar enfermedades de Nao se esparcieron, y un pequeño grupo de seguidores se reunieron en torno suyo en Ayabe. 

Su grupo inicial estaba bajo la organización Konyo-Kyo, pero Nao estaba intranquila, Konjin le había dicho que esperara a un "Mesías del este". 

En 1.898 aparecería ese hombre....

CONTINUARÁ...

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