domingo, 20 de abril de 2014

Ikkyū



Ikkyū fue un monje Zen famoso por su poesía y por su personalidad algo excéntrica, también se le conoce por su influencia para la evolución del arte de la ceremonia del té.

Nuestro futuro monje no tuvo una infancia fácil, nacido en 1394 en un barrio pobre de Kioto, se dijo que era hijo ilegítimo del emperador por lo que su madre se vio forzada a viajar fuera de la región donde su hijo sería criado por sirvientes del emperador. A los cinco años se le separa definitivamente de su madre y se le ingresa en el templo de Rinzai Zen, Ankoku-ji. Allí no solo aprendería la vida monacal si no que también fue instruido en cultura y lengua china.

Ya con trece años de edad regresa a Kyoto para aprender Zen de un monje conocido como Botetsu en el templo Kennin-ji. Es en esta época cuando Ikkyū comienza a escribir poesía frecuentemente, sobre todo en chino. También comienza a ser crítico con la carencia de la meditación Zen que se hace en su entorno y con su maestro. En 1410 abandona el templo y tras recorrer un par de templos conocerá al que será uno de sus maestros relevantes, un monje llamado Keno. El fervor por su maestro era tal que a la muerte de este en 1414 Ikkyū intentará suicidarse ahogándose en un lago del que fue rescatado.

En 1420, Ikkyū estaba meditando en un bote en el Lago Biwa cuando supuestamente y según sus propio es escritos el sonido de un cuervo (KARASU TENGU) le hará llegar al satori. Kaso, su maestro entonces, confirmó esta gran iluminación y le otorgó el inka. 

Pero aún así Ikkyū seguía siendo un monje conflictivo que acostumbraba a beber más de la cuenta y a no callarse nada de lo que pensaba. Por todo esto el maestro hizo su heredero a Yoso, su mayor rival. Ikkyū abandonó el templo y vivió gran parte de su vida como un vagabundo. No obstante, no estaba solo y tuvo un círculo de notables artistas y poetas de la época con los que se relacionaba cultural y espiritualmente. En ese período, también estableció una relación intima con una cantante ciega llamada Mori convirtiéndose en el amor de su vida.

Pese a que trabajó para practicar y enseñar el Zen fuera de las instituciones religiosas formales, durante la guerra Ōnin. Ikkyū fue elegido abad del templo Daitoku-ji, cargo que asumió sin mucho entusiasmo, entrando así en uno de los más importantes linajes del Zen. Hacia 1481, murió a la edad de 88 años de un resfriado.

Un hombre se dirigió al maestro Ikkyu para preguntarle:

"-Maestro, ¿tendria la bondad de escribirme algunas máximas de la más elevada sabiduría?
El maestro escribió: "Atención"
El hombre desconcertado inquirió:
- ¿Esto es todo? ¿No va a escribir algo más?

Entonces el maestro escribió: "Atención. Atención."
Aún más desconcertado, el hombre observó:
-En fin, en verdad no veo gran profundidad ni agudeza en lo que acaba de escribir.
Entonces Ikkyu escribió: "Atención. Atención. Atención"
El hombre se indignó y preguntó en tono exigente:
-¿Se puede saber qué significa la palabra atención?
Y entonces el maestro habló para decir:
-"Atención significa atención".

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