Lo más triste, de todo, en este hermoso mundo MARCIAL, y de EXISTENCIA EN EL BUDO, es que se está perdiendo el respeto y la educación entre NOSOTROS.
¡Podemos estar o no estar de acuerdo!, pero las palabras malsonantes, soeces, y vulgares, los descalificativos, hacen para el emisor de los mismos, una sentencia de su propia honestidad.
Creerse jueces omnipotentes, y reírse de los demás, es al fin y al cabo, motivo de sonrisa existencial para el que observa la vulgaridad de sus actos. (de ellos)
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