domingo, 24 de noviembre de 2013

KEIKO.-


En el antiguo Japón, los instructores tenían por costumbre insistir en las virtudes del sufrimiento en el keiko. 

El valor educativo de tal enseñanza se basaba en hacer comprender al practicante la necesidad del desapego y de la indiferencia respecto al cuerpo. 

Hoy en día, el keiko, aunque a veces pueda ser duro, felizmente no comporta ya esta actitud casi militar que no deja asomar compasión o sentimiento alguno en el corazón del alumno. 

Incluso, en general, con ciertas excepciones, la disciplina se ha relajado considerablemente con respecto a lo que yo conocí tiempo atrás, esta tendencia a la laxitud ha hecho perder mucho crédito al budo tradicional.

Lo que yo busco es el justo medio entre una disciplina sin molicie y una compasión
sin debilidad.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.