domingo, 24 de noviembre de 2013

Madurez marcial.-


Cuando un hombre está maduro, repleto de sufrimiento,  y que, a lo largo de grandes ciclos de esfuerzo, alcanza el espíritu de comprehensión (tsu datsu bodai shin), el natural deseo de los seres humanos de vivir la existencia terrestre da paso al mismo deseo de abstraerse de esta vida que alterna alegría y sufrimiento.

 El hombre se orienta entonces hacia disciplinas de interiorización, de desapego del disfrute de los sentidos, y , en definitiva, de diferenciación objetiva del Ser y del no-ser. De tal hombre que busca el camino que lleva a la verdad se dice kannagara no michi.

¡ O kannagara no michi sensei !.-

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