Vacíate, por un momento, de conceptos, información, técnicas, citas de maestros, personas,terapias…
Vacíate de tus recuerdos, especialmente de aquellos que te traen temores.
Vacíate de proyectos y esperanzas para el mañana, si.
Vacíate de venganzas y rencores, de odios ancestrales.
Vacíate de idolatrías, de adoraciones…
Vacíate de tu nombre y de tu historia, de quien eres y quien fuiste, de lo que hayas leído y lo que hayas
aprendido, de tus habilidades y tus torpezas, de tus problemas físicos, de tu vejez o tu juventud, de tu fealdad o de tu belleza, de tu altura o tu baja estatura.
Vacíate del cargo que tienes en tu empresa, del humilde trabajo que realizas a diario, de los maravillosos escritos que has producido, o de las apenas legibles frases que eres capaz de escribir y pronunciar.
Ahora que has logrado descargar todo ese bagaje que tanto te pesa, pregúntate: ¿Cuál es mi problema AHORA?, no hace diez minutos, ni dos, ni uno, ni dentro de una hora, o mañana. AHORA.
Pregúntate: ¿Quién soy ahora, que estoy vacío?.
Observa el mundo ahora desde este vacío, con ojos puros y limpios. ¿Que ves?
Comienza a caminar libre de equipaje y ya nada será como antes.
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