lunes, 9 de diciembre de 2013

CINTURÓN BLANCO.-


Cuando el Arte marcial se toma como vía de conocimiento, es un camino de desprendimiento mas que un camino de acumulación. 

Lo primero que uno debe dejar de lado es la arrogancia. Esto ocurre al comprender la torpeza propia. Sin embargo, cuando ésta se subsana y el Cinturón Negro rodea nuestra cintura, hay que volver a reiniciar el proceso desaprendiendo la técnica para encontrar la naturalidad. 

Ya todos sabemos como actúa la pirámide selectiva en un Dojo. 

De mil cinturones “blancos” que empiezan, uno llega a “negro”.

Otra selección mucho menos visible acontece de ahí en adelante.

En esta otra sangría aún mayor, de un millón de cinturones “negros” solo uno consigue pasar a la siguiente etapa y encontrar su movimiento natural olvidando, desprendiéndose de lo tan difícilmente atesorado en su iniciación. En el proceso, el cinturón “negro” desgastado vuelve ser simbólicamente “blanco” de nuevo.

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