La profecía se cumplió, y apareció el profeta, y Maestro; desde mi punto de vista uno de los hombres más excéntricos y geniales que dio la historia; sólo comparable a Dalí.-
En 1898 un joven y elegante hombre que se llamaba Kisaburo Ueda entro en la vida de Nao.
Nacido cerca de Kameoka en 1871, Ueda también venía de una familia que había vivido tiempos difíciles. El abuelo de Ueda había perdido en el juego la mayor parte de los bienes de la familia, y eran desesperadamente pobres. Ueda fue educado por su abuela, una mujer inusualmente refinada por aquellos tiempos.
En 1898 un joven y elegante hombre que se llamaba Kisaburo Ueda entro en la vida de Nao.
Nacido cerca de Kameoka en 1871, Ueda también venía de una familia que había vivido tiempos difíciles. El abuelo de Ueda había perdido en el juego la mayor parte de los bienes de la familia, y eran desesperadamente pobres. Ueda fue educado por su abuela, una mujer inusualmente refinada por aquellos tiempos.
Era una buena poetisa y apasionada estudiante de la sagrada ciencia de Kotodama (sonido del espíritu), -con esto podemos observar, que el KOTOTAMA del AIKIDO, existía antes, es más en algunos estilos, entre ellos SAKURA, se practica-, habiéndolo aprendido de su padre, el mejor experto del momento (más tarde Ueda decía que él era en verdad el hijo ilegítimo de un príncipe imperial). La débil constitución y frecuentes enfermedades del muchacho habían retardado su inicio en la escuela durante tres años, pero su capacidad le permitió ponerse al día rápidamente y superar a los demás.
Desafortunadamente sus compañeros de clase e incluso uno de sus maestros -al que no le gustaba ser corregido por uno de sus alumnos- estaban celosos del genio de Ueda y cruelmente molestaban y maltrataban al joven erudito.
Las cosas cambiaron cuando Ueda fue propuesto para instructor adjunto a la edad de doce años; el joven también tuvo dificultades con sus colegas, mucho mayores que él, y dejó su cargo dos años más tarde. Ueda volvió a casa, trabajando como campesino, arriero y jornalero para mantenerse. Por la noche continuaba sus estudios de literatura y practicaba caligrafía y pintura. A partir de los dieciocho años, hacía colaboraciones en revistas literarias sobre versos y ensayos. Era particularmente bueno en Kyoka, el satírico "verso loco".
Cuando tenía poco más de veinte años, Ueda estudio veterinaria, creando después un negocio de productos lácteos. Incremento su educación de artes liberales aprendiendo música tradicional japonesa y danza. Ueda era un activista de la comunidad y no dudaba de oponerse a los viejos del pueblo si creía que se había cometido una injusticia.
Para algunos Ueda era el campeón de los pobres y oprimidos; para otros era un chafardero siempre buscando razones y alterando el status quo.
Ueda era el blanco favorito de los matones del pueblo; había sido atacado y golpeado brutalmente más de una vez. En 1897 Ueda perdió a su padre y sufrió una crisis espiritual. Deprimido, acosado por los matones, liado con prostitutas, bebiendo en exceso, escapó del pueblo y se recluyó en una cueva del Monte Takakusa, determinado a encontrar la verdad o morir en el intento.
Allí, durante un ayuno de una semana, Ueda entró en un éxtasis divino viajando por el cosmos; dioses y budas le enseñaron al joven místico todos sus secretos. Así iluminado, bajo de la montaña preparado para salvar al mundo. Al principio no obtuvo demasiada respuesta a su mensaje.
Era expulsado como cualquier otro profeta demente por los aldeanos, incluso su propia familia se escandalizaba de sus delirios. Su, decididamente perdido, hermano destrozaba todos sus altares y le lanzaba piedras cuando intentaba purificarse en el río. La policía le arresto por "predicar sin licencia".
Allí, durante un ayuno de una semana, Ueda entró en un éxtasis divino viajando por el cosmos; dioses y budas le enseñaron al joven místico todos sus secretos. Así iluminado, bajo de la montaña preparado para salvar al mundo. Al principio no obtuvo demasiada respuesta a su mensaje.
Era expulsado como cualquier otro profeta demente por los aldeanos, incluso su propia familia se escandalizaba de sus delirios. Su, decididamente perdido, hermano destrozaba todos sus altares y le lanzaba piedras cuando intentaba purificarse en el río. La policía le arresto por "predicar sin licencia".
MONTE ONTAKE
Bajo la presión de las autoridades Ueda decidió obtener las credenciales. Inicialmente estudió con el conocido espiritualista Otate Nagasawa, que era maestro en el Monte Ontake, casa de una de las religiones más avanzadas de la montaña japonesa.
Nagasawa era principal discípulo de Shintoku Honda, el carismático líder responsable de reavivar las antiguas técnicas shintoistas de meditación chinkon-kishin.
Tras unos meses de intensos estudios con Nasawa, obtuvo el permiso para ser saniwa, una especie de "arbitro espiritual" que decidía sobre casos de posesión de espíritus (Ueda estaba muy contento de ser considerado un mediador del dios Susano-o-no-Mikoto, y no del duende de segundo orden tengu que le había instruido anteriormente). Un día, practicando el rito en un santuario, escuchó una voz que le dijo que fuera hacia el oeste, porque había alguien allí que esperaba su llegada. Ueda puso rumbo a aquella dirección aunque no sabía a quién debía encontrar. Estando en una tienda de té, la propietaria le pregunto cuál era su oficio. "Soy un saniwa", le dijo.
Nagasawa era principal discípulo de Shintoku Honda, el carismático líder responsable de reavivar las antiguas técnicas shintoistas de meditación chinkon-kishin.
Tras unos meses de intensos estudios con Nasawa, obtuvo el permiso para ser saniwa, una especie de "arbitro espiritual" que decidía sobre casos de posesión de espíritus (Ueda estaba muy contento de ser considerado un mediador del dios Susano-o-no-Mikoto, y no del duende de segundo orden tengu que le había instruido anteriormente). Un día, practicando el rito en un santuario, escuchó una voz que le dijo que fuera hacia el oeste, porque había alguien allí que esperaba su llegada. Ueda puso rumbo a aquella dirección aunque no sabía a quién debía encontrar. Estando en una tienda de té, la propietaria le pregunto cuál era su oficio. "Soy un saniwa", le dijo.
"¡Qué suerte!", exclamó la mujer. "Mi madre es portavoz del dios Konjin, y nos ha dicho que está esperando a un mensajero divino del este. Hemos abierto esta tienda de té para buscar a este mensajero, creyendo que aquí lo encontraríamos. Te lo tenemos que presentar sea como sea".
Es imposible imaginar a dos personas más diferentes que Nao Deguchi y Kisaburo Ueda. La pequeña y vieja Nao era reservada, abstemia e inocente; el joven y nervioso Ueda era entusiasta y pícaro. Nao, una mujer simple y frugal, rehuía estar delante del público; Ueda, un artista, erudito, capitalista y cosmopolita, sólo pensaba en ello.
Curiosamente, en la hagiografía posterior de la Omoto-Kyo, Nao es descrita como el "espíritu -de un hombre en el cuerpo de una mujer", y a Ueda se le describe como "el espíritu de una mujer en el cuerpo de un hombre". A pesar de las dramáticas circunstancias de su primer encuentro a ambas partes les costó cierto tiempo llegar a la conclusión que el otro era el "auténtico" Después de unos meses de arduas negociaciones, Nao y Ueda acordaron juntar las fuerzas.
Ueda se traslado a Ayabe, casándose con la hija de Nao de dieciséis años Sumi (nacida cuando la madre tenía cuarenta y siete), y adoptó el nombre de Onisaburo (leído como Wanisaburo) Deguchi.
No mucho más tarde de entrar en la familia Deguchi, Onisaburo, había intentado iniciar el movimiento. Tenía grandes planes, pero se encontró con la oposición del círculo cercano a Nao, y más tarde de la misma Nao que criticó duramente sus innovaciones abrumadoras (como "editar" las misivas divinamente inspiradas de Nao). A pesar de algunos problemas -la huida de Nao a una cueva, la expulsión de Onisaburo fuera del movimiento, los complots para asesinarlo, la falta de dinero-, Onisaburo se mantuvo como líder. Hacia 1913, Omoto-Kyo surgió como una organización religiosa independiente, y cuando murió Nao en 1918, Onisaburo, el "Santo Gurú", obtuvo el control absoluto sobre el movimiento.
No mucho más tarde de entrar en la familia Deguchi, Onisaburo, había intentado iniciar el movimiento. Tenía grandes planes, pero se encontró con la oposición del círculo cercano a Nao, y más tarde de la misma Nao que criticó duramente sus innovaciones abrumadoras (como "editar" las misivas divinamente inspiradas de Nao). A pesar de algunos problemas -la huida de Nao a una cueva, la expulsión de Onisaburo fuera del movimiento, los complots para asesinarlo, la falta de dinero-, Onisaburo se mantuvo como líder. Hacia 1913, Omoto-Kyo surgió como una organización religiosa independiente, y cuando murió Nao en 1918, Onisaburo, el "Santo Gurú", obtuvo el control absoluto sobre el movimiento.
Además de tener una inteligencia brillante, Onisaburo era un artista por excelencia. Su producción literaria no ha sido igualada por nadie: dictó más de 600.000 poemas y bastantes libros, entre otros, el increíble Reiki Monogarati ("Cuentos del mundo espiritual") de ochenta y un volúmenes. En esta obra estupenda -sólo su resumen tiene unas 400páginas- Onisaburo se encuentra por el universo, interpretando el pasado, el presente y el futuro según la teoría Kotodama, dando consejo sobre las cuestiones más mundanas, como por ejemplo, la altura adecuada de una cama ("menos de tres pies si no eres el emperador"), la higiene personal ("Los hombres no tienen un derecho absoluto de entrar antes que las mujeres, depende de quién esté más sucio"), el matrimonio ("Las parejas no deberían estar muy enamoradas; si no, se excusan el uno al otro retrasando constantemente las decisiones necesarias para mantener una familia").
Onisaburo también intentó escribir teatro, componer, dirigir teatro, escultura, pero fue especialmente bueno en caligrafía, pintura y cerámica. Dejando a un lado lo que podamos pensar sobre sus ideas, Onisaburo fue, uno de los artistas del este de Asia con más talento. Su esplendida fluidez sobre sus trabajos con pincel, transmitían vida a sus personajes y objetos, y su cerámica dramática y de colores vivos es considerada al nivel de "tesoros nacionales" de los antiguos maestros.
Onisaburo era un maestro espiritual eficiente, calmando a miles de personas con sus técnicas chinkon-kishin de meditación. Sus profecías eran suficientemente ambiguas como para poder adjudicarse un porcentaje casi perfecto de aciertos, y era como otras figuras carismáticas, experto en sanar enfermedades psicosomáticas.
Maestro de psicología, era un habilidoso "leedor del pensamiento", con suficiente clarividencia como para desarmar a los escépticos diciéndoles cuánto dinero llevaban en los bolsillos.
Optimista impertérrito, Onisaburo acepto con buen humor, circunstancias que habrían destrozado el alma de cualquier mortal.
Maestro de psicología, era un habilidoso "leedor del pensamiento", con suficiente clarividencia como para desarmar a los escépticos diciéndoles cuánto dinero llevaban en los bolsillos.
Optimista impertérrito, Onisaburo acepto con buen humor, circunstancias que habrían destrozado el alma de cualquier mortal.
Creía ser la versión moderna del dios shinto Susano-o-no-mikoto, el travieso dios inmerso siempre en problemas a causa de sus diabluras.
Todo esto unido a su apariencia majestuosa -rodeado de un grupo de jóvenes atractivas, vestido con un kimono resplandeciente y un bonito sombrero de chamán sobre su recogida cabellera- hacía de Onisaburo un líder impresionante de verdad, y a menudo irresistible.
Todo esto unido a su apariencia majestuosa -rodeado de un grupo de jóvenes atractivas, vestido con un kimono resplandeciente y un bonito sombrero de chamán sobre su recogida cabellera- hacía de Onisaburo un líder impresionante de verdad, y a menudo irresistible.
Por vez primera, una nueva religión empezó a atraer intelectuales, aristócratas, oficiales del gobierno, y militares en lugar de campesinos y la sencilla gente del pueblo. Entre 1919 y 1921, la época dorada de la Omoto-Kyo, sus miembros llegaron a ser unos cuantos millones, siendo influenciados directamente por las publicaciones de la Omoto-Kyo, incluyendo un diario. Hasta la remota Hokkaido, las noticias de la nueva religión establecida en Ayabe llegaron a Morihei.
Cuando Morihei fue a Shirataki, no se dirigió a Tanabe sino a Ayabe, donde entró en contacto personal con el santo gurú...
CONTINUARÁ.-
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