Aunque Onisaburo y Morihei fueron recibidos con entusiasmo por el público en general, algunos escépticos jefes guerreros querían más pruebas de la divinidad del Gran Lama antes de comprometerse sin reservas a la causa de Lu. "¿Qué me dices de conjurar una tempestad?" le dijo Lu a Onisaburo. "Esto no debería ser tan difícil para un buda viviente."
Onisaburo no quería, pero Matsumura se ofreció voluntario para sustituirle. Los dos se encerraron durante una semana preparándose para un evento tan importante. El día previsto los dos fueron llevados a un escenario en un llano donde una gran multitud estaba reunida para ver si los dos lamas tenían lo que decían tener.
O SENSEI
Como dificultad añadida, no había ninguna nube en el cielo azul de Mongolia.
Inexplicablemente, Matsumura comenzó a invocar una tempestad, surgieron nubes de la nada, se escuchó un trueno y la lluvia empezó a caer.
Cuando el fotógrafo suspiró, "Bien, creo que esto nos estropea la foto conmemorativa de hoy",
Onisaburo dio un salto, se dirigió al centro del llano, alzo sus brazos al cielo y lazó un grito ensordecedor.
El viento se apaciguó, volvió a salir el sol, y la fotografía pudo ser hecha.
Ni esta impresionante demostración pudo parar la desgracia que castigó a Lu y sus fuerzas. Los hombres prometidos por Yano, no se materializaron y Chang denunció el complot de Lu al gobierno.
Cuando el ejército chino empezó a perseguir al rebelde, Lu decidió instalar otra base en la ciudad del sur Baian Dalai. Onisaburo, alertado por su "servicio de mensajeros divinos", avisó a Lu del peligro que le esperaba. "Si nos atacan", contestó Lu, "tu santidad podría enviar una inundación y ahogar a nuestros enemigos."
Sin ninguna otra alternativa, el grupo japonés acompañó a Lu a Baian Dalai. Fueron emboscados en diferentes ocasiones, el grupo sobreviviómilagrosamente, y llegaron finalmente a las puertas de Baian Dalai.
A pesar suyo, fueron arrestados y atados, y sus bienes confiscados (incluso el reloj de platino de Onisaburo, su espada japonesa de incalculable valor y una pequeña fortuna en oro) por las autoridades.
Unas pocas horas después fueron liberados inesperadamente y los llevaron a pasar la noche a la mejor posada de la ciudad. Lu y sus tenientes; todo el grupo se quedó a cenar, comieron y bebieron a placer, hasta trajeron mujeres para los soldados. Prepararon un baño especial y todo el mundo pudo afeitarse y cortarse el pelo. A pesar de este tratamiento de lujo, Onisaburo y Lu estaban pesarosos, ya que sabían que había una vieja costumbre China de dar un festín a los prisioneros la noche antes de su ejecución.
FOTO HISTÓRICA, EL SEGUNDO POR LA IZQUIERDA ONISABURO, Y EL TERCERO UESHIBA
Al amanecer, Lu y sus hombres, 130 en total, fueron despertados y fusilados. Quizás conociendo la reputación de Morihei como fabuloso guardaespaldas, un gran número de soldados, armas en mano, irrumpieron en las habitaciones donde estaban los japoneses.
Fueron atados con cadenas de pies y manos y llevados a los campos de ejecución. Onisaburo y sus compañeros estaban calmados, casi joviales, considerando su terrible destino. "Después de que nos maten, aseguraos de que vuestras almas estén cerca de la mía para que de esta manera os pueda guiar al Paraíso", aconsejó Onisaburo a Morihei y a los demás. Como los demás no eran muy buenos componiendo versos Onisaburo compuso "versos de despedida" para todos ellos.
Quizá el más conmovedor sea éste:
Incluso cuando nuestros cuerpos se marchiten aquí en los llanos de Mongolia, nuestros hechos como patriotas japoneses jamás se desvanecerán.
En este dramático momento, según las versiones de la Sociedad, llegó un mensajero con la noticia de un indulto. En realidad es casi seguro que los chinos no tuvieran la intención de llevar a cabo la amenaza de la ejecución. El largo tiempo transcurrido entre las ejecuciones de los hombres de Lu y la ejecución del grupo japonés fue atribuido con poco acierto a la "falta de armas".
Seguro que el ejército chino podía haber encontrado un arma en condiciones en su arsenal, si de verdad querían acabar con el grupo de Onisaburo. En aquellos tiempos el peligro de una intervención japonesa era demasiado alto, y los chinos no desearían provocar un incidente ejecutando japoneses, aunque estos fueran espías. Como he dicho antes, al contrario de los poderes occidentales que raramente admitían públicamente haber enviado agentes, los japoneses se apresuraban a defender a sus "héroes" fuera como fuera.
PRACTICANDO KUJI GOSHI HO (LOGICAMENTE NO ES ALGO EXCLUSIVO DEL NINJUTSU "DE HOLLYWOOD".) EN LA FOTO ONISABURO Y O SENSEI, MEDITAN ANTES DE PROVOCAR LA FAMOSA TORMENTA.
Aparentemente, los chinos se estaban marcando un farol y dejaron a los prisioneros en libertad bajo la custodia del cónsul japonés poco después de su captura. Bajo escolta militar japonesa, Onisaburo y Morihei volvieron al Japón a finales de Julio.
Al llegar a Japón, a fianza de Onisaburo fue invalidada y encarcelado de nuevo, para ser liberado de nuevo en noviembre (De manera remarcable, permitieron a Onisaburo, visitar China al año siguiente para asistir a una conferencia religiosa en Pekín. Es seguro que tenía muchos enemigos, pero también debía tener seguidores muy influyentes en lugares importantes para que se le permitiera esta libertad, como líder espiritual de los 黒龍会 kokuryūkai.-, .). "El momento no debe haber sido el adecuado", decía, pero Morihei quedo más que afectado por la manera en que el líder de la Omoto-Kyo era utilizado por partidos políticos en su propio interés.
ONISABURO, ANTES DE ESCRIBIR, SE HACIA EL VACÍO EN EL...
No sorprende que Morihei quedara radicalmente alterado por tantos encuentros cara a cara con la muerte durante la Gran Aventura de Mongolia.
Quedó especialmente trastornado por este incidente: "Cuando nos acercábamos a Baian Dalai, quedamos atrapados en un valle bajo una lluvia de balas. Milagrosamente, podía sentir la dirección de los proyectiles, rayos de luz me indicaban su dirección y pude de esta manera esquivar las balas. La capacidad de sentir un ataque es lo que los antiguos maestros de artes marciales llamaban "anticipación". Si la mente de alguien es limpia y pura, uno puede inmediatamente percibir la agresión y contrarrestarla, aquello, me di cuenta, es la esencia del Aiki".
Aunque las profundas experiencias en Mongolia hicieron de Morihei una persona más considerada, menos arisco en situaciones sociales, intensificó su entrenamiento en las artes marciales, armando a sus discípulos con espadas de verdad e instruyéndolos para el ataque.
Morihei se recluyó en las montañas de su Kumano natal para comenzar las prácticas secretas de Kuki Shinto. Esta antigua forma de entrenamiento ascético incluía largos ayunos junto a plegarias, purificación en las cascadas sagradas de Nachi, y la "interiorización" de las técnicas de artes marciales.
KARASU TENGU, ES EL PATRÓN DE SAKURA SHIN RYU, ENCARGADO SEGÚN LA TRADICIÓN DE LA ENSEÑANZA DE KAMI WAZA
Por otro lado en Ayabe, comenzaron a pasar cosas extrañas. Cada mañana la mujer de Morihei oía un ruido como "eeri saaa" que venía de las montañas donde su marido se entrenaba (allí es donde los miembros de la Omoto-Kyo creen que un feroz duende (tengu-li) estaba enseñándole el arte de la esgrima.).
Por la mañana el alto césped de la casa de Morihei estaba partido y doblado, como si una gran bestia hubiera pasado por encima. Durante el día el altar de la casa oscilaba y temblaba, emitiendo fuertes sonidos.
En la primavera de 1925, Morihei, con cuarenta y dos años, fue transformado por una visión divina.
Morihei dio diversas versiones del suceso a través de los años, y cuando era mayor parece que confundía gradualmente algunos incidentes separados entre ellos formando esta versión final: Un día un oficial de la marina que visitaba Ayabe retó a Morihei a un combate de Kendo. Morihei aceptó, pero desarmado. Naturalmente el oficial, un espadachín de alto nivel, se ofendió por el insulto a su habilidad, y se lanzó furiosamente sobre Morihei.
Este esquivó con facilidad los repetidos ataques y amenazas. Cuando el exhausto oficial finalmente se dio por vencido, le preguntó por su secreto. "En el momento antes de tus ataques, un rayo de luz lucía delante de mis ojos, revelándome la dirección de éstos."
Después de la lucha, Morihei salió al jardín a coger agua del pozo, para lavarse el sudor de la cara y las manos. De repente comenzó a temblar y se sintió inmovilizado. La tierra bajo sus pies comenzó a sacudirse y fue bañado por rayos de pura luz que venían del cielo. Una niebla dorada sumergió su cuerpo, haciendo desaparecer su pequeña vanidad, y el mismo tomó la forma de un Ser Dorado. Morihei percibió la estructura interna del cosmos y más tarde percibió "¡Yo soy el Universo!".
Las barreras entre el mundo material, el ser interno y el divino desaparecieron, al momento Morihei vio que el Corazón del Budo no era la contención sino el amor que ayuda y protege a todas las cosas... Esta experiencia abrumadora estaba claramente relacionada con sus creencias de la Omoto-Kyo; "unificación con el divino" era un pilar central de la fe, y Morihei estaba expresando su tremenda transformación en el único lenguaje que sabía. No importa que tomemos las palabras de Morihei de manera más sencilla para explicar su iluminación de manera más "racional" como el resultado de un esfuerzo, fuerza sobrehumana, y capacidad natural, Morihei fue sin duda otro hombre a partir de entonces. Su sexto sentido de anticipación estaba totalmente desarrollado, y ahora era invencible como artista marcial.
CONTINUARÁ.-
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