Una obra antigua, comentada que explica el verdadero espíritu de Ghinggis Khaan,
La "vulgaridad" de la lengua, apreciable sobre todo en los diálogos y en la crudeza retórica de la narración, no impide la solemnidad de los pasajes en que el "alma mongola" se enfrenta directamente al tngri, el dios-cielo, la tradición, una solemnidad envuelta en austeridad que prescinde de los datos anecdóticos --a ojos del autor: batallas, vencedores o vencidos, etc.— con el único afán de centrarse en lo inmanente: el mandato divino, la irreversibilidad del destino, la certeza de que un pueblo nacido de la conjunción de lo divino y lo humano tiene, por fuerza, que proclamar su misión en la tierra (en este sentido, Chinguis, en buena tradición chamánica, no es más que el médium de que se valen los espíritus que rigen el fluir constante entre lo ultraterreno y lo aparente), es el Hombre, que trae la tradición de los espíritus, y con ella se hace SEÑOR DEL MUNDO.
Hoy en día se está dando en las tribus de Mongolia, de nuevo este llamado, este grito de que vuelve la Era de Chenggis, y yo me pregunto, es esa la REALIDAD DEL KALACHAKRA budista, cuando surja la guerra en este mundo, entre dos poderosas fuerzas, ¿pero con quién están los mongoles, en estas tradiciones espirituales shamánicas, con Agharta o con Shamballah?
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