domingo, 16 de marzo de 2014

TANTRA KALACHAKRA. -

-TANTRA KALACHAKRA - 
EL GUERRERO DEL DHARMA.-

Entre los antiguos mitos budistas figura un paraíso perdido, conocido como Chang Shambhala, la fuente de la sabiduría eterna donde viven seres inmortales en armonía perfecta con la naturaleza y el universo.


En la India, ese lugar maravilloso perdido en el Himalaya se llama Kalapa, mientras la tradición china lo ubica en los montes Kun Lun.

Asimismo, en la antigua Rusia -donde no había llegado la creencia budista pero se alimentaba de leyendas orientales llevadas allí por las invasiones tártaras- se hablaba de la legendaria Bielovodye, la Tierra de las Aguas Blancas, donde vivían santos ermitaños de inmensa sabiduría.

La existencia de túneles bajo el palacio de Potala en Lhasa se entreteje con otro mito tibetano cultivado por escritores europeos.

En su novela Shambhala, el espiritista ruso Nikolai Roerich - abuelo de ALDO COLLEONI VON ROERICH, que me acompañó a MONGOLIA- habla de Agharti (deformación de Agharta, nombre del paraíso subterráneo budista) como del lugar donde estaba Chang Shambhala, sede del rey del mundo. Según Roerich, Agharti estaba relacionado con todos los continentes por medio de pasadizos secretos.



Shangri-La es tan enigmático y evasivo como el mismo Tíbet, donde lo ubicó el novelista James Hilton. En el valle de la Luna Azul está el mítico reino intemporal de hombres sapientes y longevos. Un lugar en donde se contempla la salida del Sol mientras que los hombres del mundo exterior sólo oyen la alarma del reloj que los reclama para sus urgentes obligaciones.

¡Por fin había llegado el día!, iba a ser iniciado en la Senda del Guerrero del Budismo Tibetano, en la CEREMONIA DEL KALACHAKRA.


Después de una noche de meditación que se me hizo eterna, al día siguiente fui a ver a mi MAESTRO.

El que me iba a dar tan importante transmisión, es Su Santidad Jebtsundamba Kutuktu, líder del Budismo Tibetano, y emperador de Mongolia; más conocido como KHAMPA LAMA.


El octavo Jebtsundamba Khutuktu fue declarado Emperador de Mongolia en 1920 después de la independencia de China, pero su título no duró mucho pues fue reemplazado rápidamente por el gobierno comunista de la República Popular de Mongolia, aún así el líder del Budismo Tántrico, sigue utilizando ese nombre, como guardián de las puertas de Shambala.


El Hinduismo, el Shamanismo y el Budismo, todos ellos conservan tradiciones que postulan a Shamballa como la fuente misma de su religión. Por miles de años se han escuchado relatos acerca de algún lugar más allá del Tibet, entre los majestuosos picos y apartados valles del Asia central, que persiste como un paraíso inaccesible, un oasis de sabiduría universal y paz, llamado Shamballa.

H. P. Blavatsky fue la primer ocultista occidental que escribió sobre la existencia de aquel santuario del Asia Central, al que llamó mítica Shamballah. Dijo que era una ciudad etérica en el Desierto de Gobi que servía de cuartel invisible a los Mahatmas, la Gran Fraternidad de Maestros Espirituales que trabajan detrás de la escena, guiando y protegiendo a la humanidad.



También sabemos que, en los años treinta, Nicholas Roerich, el artista e instructor espiritual ruso, pasó muchos años en expedición por aquella parte del globo, en busca de Shamballa y su Sabiduría. Por las mismas fechas, también se conocía a Shamballa por el nombre de Shangri-la, así mencionada por James Hilton en Horizontes Perdidos (1933). Tanto en la novela, como en el film que le siguió, esta tierra fue retratada como un centro de felicidad, propósito y eterna juventud.



Solo los grandes LAMAS, pueden dar esa iniciación, como líderes espirituales, para ser guerreros protectores del DHARMA.



LA LEYENDA DE SHAMBALA

Shambala no existe en el mundo físico. Existe en una realidad mística donde uno estudia con el maestro espiritual, quien se ha desarrollado del plano físico Tierra. Es un lugar donde uno puede aprender tales conocimientos del espíritu, con la unidad del universo.

Shambala, conocido como el Reino Oculto, es conocido en el Tibet como una comunidad donde seres perfectos y semiperfectos viven y están guiando la evolución del ser humano.



Shambala es considerado la fuente del Kalachakra, que es la mayor y mas esotérica rama del misticismo Tibetano.

El buda predico las enseñanzas del Kalachakra a un conjunto de hombre Santos en el sur de la India. Mas tarde, las enseñanzas permanecieron ocultas durante 1000 años hasta que un escolar hindú fue en busca de Shambala y se inicio en las enseñanzas de un hombre Santo que conoció a lo largo del camino.


El Kalachakra permaneció en la India hasta que emprendió su camino al Tibet en el 1026. desde entonces el concepto de Shambala ha sido ampliamente conocido en el Tibet, y los tibetanos han estado estudiando el kalachakra durante los últimos 900 años, aprendiendo su ciencia, practicando su meditación y usando su sistema de astrología para guiar sus vidas.

Como un Tibetano ha preguntado ¿como pudo Shambala ser la fuente de algo que ha afectado a tantas áreas de la vida Tibetana durante tanto tiempo y aun no existe?



Los textos religiosos Tibetanos describen la naturaleza física del terreno místico con detalle. Se pensaba que parecía como un loto de 8 pétalos porque esta hecho de 8 regiones, cada una rodeada por un anillo de montañas. En el centro del anillo mas interno esta Kalapa la capital, y el palacio Kingos, que esta compuesto de oro, diamantes, coral y gemas preciosas. La capital esta rodeada de montañas hechas de hielo, que lucen con una luz cristalina.

La tecnología de Shambala se supone altamente avanzada; el palacio contiene claraboyas especiales hechas de lentes que sirven como telescopios de alta potencia para estudiar la vida extraterrestre, y durante cientos de años los habitantes de Shambala han estado usando coches y aviones que circulan a través de un sistema de túneles subterráneos.



Señales extrañas en el área donde parece ser Shambala, aportan la evidencia de su existencia. Los Tibetanos creen que el terreno esta guardado por seres con poderes sobrehumanos. A principios de los años 1900, un articulo en un periódico hindú, el Statesman, hablo de un comandante Británico que acampando en el Himalaya vio un hombre muy alto, vestido de claro, con pelo largo.

Aparentemente, sintiéndose observado, el hombre salto en la ladera vertical y desapareció. Para asombro del comandante, los Tibetanos con quienes estaba acampado, no mostraron sorpresa con esta historia; explicaron al comandante que había visto uno de los hombres que cuidan de la tierra sagrada.

Un relato mas detallado de estos guardianes de nieve fue dado por Alexandra David-Neel, una exploradora que estuvo 14 años en el Tibet. Mientras viajaba a través del Himalaya vio a un hombre moviéndose con una extraordinaria velocidad y lo describió como sigue:

“Pude ver claramente su cara impasiva perfectamente en calma y grandes ojos abiertos con su mirada fija en un objeto distante invisible, situado en algún lugar en el espacio, el hombre no corrió, parecía vivir el mismo del suelo, procedía a saltos. Parecía como si hubiese sido dotado de la elasticidad de una pelota y rebotaba cada vez que sus pies tocaban el suelo: Sus pasos tenían la regularidad de un péndulo.”

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