sábado, 7 de diciembre de 2013

SOKE.-


En las escuelas RYU, tradicionales, y en algunas modernas, que beben de la antigua tradición, suele existir la figura del sōke, el heredero de la tradición, que normalmente ejerce las funciones de representante de la escuela, máxima autoridad dentro de ella, y responsable de asegurar la correcta transmisión de las enseñanzas. Cada sōke ha recibido el título del anterior sōke, normalmente de forma hereditaria dentro de la familia, aunque no siempre es el caso. De esta forma, las enseñanzas de la escuela se remontan hasta el fundador, siendo transmitidas de generación en generación por cada sōke de la escuela.

En algunas escuelas sin embargo, la figura del sōke es meramente representativa, y la responsabilidad de la enseñanza y transmisión recae sobre otra figura distinta. No es extraño encontrar escuelas que en algún momento de su historia se dividieron en varias ramas, consideradas como distintas visiones de la misma tradición, teniendo cada una de ellas un sōke propio. También existen tradiciones en las que la figura del sōke ya no existe, existiendo en cambio diversos maestros reconocidos como principales representantes de la misma.

A diferencia de las artes marciales modernas en las que se sigue un sistema de grados Dan para valorar el grado de conocimiento de los practicantes, en las escuelas se siguen sistemas Menkyo. En estos sistemas el sōke le otorga al estudiante un título dependiendo de su nivel de conocimiento alcanzado en la escuela, siendo normalmente el título de Menyo Kaiden, o licencia de transmisión completa, el más alto alcanzable.

Generalmente en los sistemas Menkyo hay menor cantidad de títulos que en el caso de los sistemas de grados Dan, aunque dependiendo de la escuela tanto la cantidad de títulos como los nombres de los mismos pueden variar. Sin embargo existen escuelas o ramas de las mismas que han adoptado el sistema moderno de grados Dan, entre ellas la KUKUSHIN SAKURA SHIN RYU HIDEN NO KORYU.

En el caso de las escuelas tradicionales, que el alumno siga un proceso de aprendizaje correcto se considera muy importante, dado que no solo se trata de un arte marcial, sino también de una tradición cultural e histórica con a veces varios siglos de antigüedad, la cual se pretende continuar preservando para las generaciones futuras a través de una transmisión correcta.

Por tanto, se considera que todo alumno debe aprender de alguien que cuente con el permiso de la escuela para enseñar, y que además es muy aconsejable que trate de entrenar también con los maestros de más alto grado de la tradición siempre que exista esa posibilidad. Se considera también fundamental que exista un contacto regular entre cada alumno y su profesor, para supervisar el aprendizaje y asegurar la correcta transmisión de la tradición a lo largo de toda la cadena de enseñanza que surge del máximo responsable de la escuela, normalmente el sōke. Si esta conexión se rompe en cualquier punto de la cadena, no se suele considerar que dicha tradición se esté practicando de la forma más adecuada por parte de quienes han perdido el contacto con la fuente original.

Tener acceso a este tipo de enseñanza, estar en contacto con la fuente principal, y contar con supervisión constante y regular de maestros no se suele considerar como algo meritorio o un tipo de enseñanza de más alta calidad, sino como algo necesario y fundamental para poder empezar a considerar que el alumno puede aprender de la forma adecuada.

Debido a la menor difusión de estas disciplinas y por tanto menor cantidad de profesores disponibles comparándolas con otras artes marciales, es habitual que algunas personas que quieran aprender lo hagan de formas consideradas como poco apropiadas, como por ejemplo tratar de aprender a través de libros o vídeos, o recibir enseñanzas de alguien con permiso para enseñar la escuela en algún momento, pero no mantener posteriormente un contacto razonablemente regular, de forma que el trabajo del alumno sea supervisado. Los practicantes ortodoxos de estas disciplinas consideran estas prácticas un grave error que en absoluto sirve para comprender estas disciplinas realmente, y un despropósito si además se trata de enseñar a otros lo que se ha practicado de esta forma.

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